“…mas el justo por su fe vivirá”. Habacuc 2:4
Escrito por mi amiga Elizabeth Mejía
Meditaba en la crisis económica que estamos atravesando no solo en Honduras sino en todas partes del mundo. Y esto me llevó a pensar en José y su familia. Siempre que hay una crisis, de alguna manera se manifiesta el ingenio de Dios. Él siempre tiene un plan específico con el que nos salva de muchas cosas. Vemos como Dios preservo a la familia de José en Egipto en medio de la gran hambre y escasez que hubo. Aún en el tiempo de las vacas flacas Dios tuvo cuidado de sus hijos. Los sacó de la tierra donde estaban para que pudieran subsistir.
Jehová es fiel y cumple sus promesas. Y cuando analizamos el impacto que tuvo el que Dios permitiera que José fuera un gobernante en aquellos tiempos (pese a todas las cosas que tuvo que pasar antes de llegar al palacio) vemos el impacto que eso trajo no solo a su familia sino a las generaciones posteriores.
Sé que estamos viviendo tiempos difíciles, momentos en que muchas personas andan confundidas, depresivas, desalentadas, pensando que la solución es quitarse la vida o robar un banco. Pero amigo y hermano que no se turbe tu corazón. Si es cierto que muchas veces atravesamos momentos de pruebas difíciles ya sea en el área económica, física o de cualquier índole. Dios sigue teniendo control y cuidado.
Las crisis pasan, después de la tormenta viene la calma. A través de estas cosas que muchas veces pasamos, se prueba nuestra fidelidad y perseverancia. Actualmente no he tenido un trabajo fijo,pero Dios me ha dado otros dones para trabajar y siempre he visto la mano poderosa de Dios obrando, rescatando, proveyendo en el momento justo.
Confieso que no ha sido fácil, confiar absolutamente en Dios cuando nuestra lógica interviene es algo fuerte. Pero siempre recuerdo ese pasaje de la Biblia que dice que si el cuida de las aves y de los lirios del campo, cuánto más hará por cada uno de nosotros. En medio de la sequía que hubo, Elías pudo ver como Dios lo sustentó en el desierto. Cuando a la viuda le faltó el aceite, Dios operó un milagro y no escaseo.
Mientras tú mantengas tu fe en Dios y no cruces los brazos, ni te rindas ante las circunstancias, algo pasará. Tal vez surgirá una idea o una estrategia que provendrá de Dios para que puedas salir a flote. Dicen por ahí que “la necesidad es la madre de los inventos”. Quien sabe si en este momento de crisis que estés atravesando se te ocurra una fabulosa idea de la que puedan surgir muchas cosas buenas.
Me gusta pensar en Habacuc 3:17-19:
“Aunque la higuera no florecerá, Ni en las vides habrá frutos, Aunque falte el producto del olivo, Y los labrados no darán mantenimiento. Y las ovejas sean quitadas de la majada, Y no haya vacas en los corrales; Con todo, yo me alegraré en Jehová, Y me gozaré en el Dios de mi salvación. Jehová el Señor es mi fortaleza, El cual hace mis pies como de ciervas, Y en mis alturas me hace andar”.
Es que esas palabras que exclama Habacuc son tan profundas, creo que son un canto de victoria aún en medio de la desesperación. Son palabras dichas con fe y que reflejan un amor que no se muda conforme a las circunstancias, sino que es constante. Así como Dios estuvo con Israel cuando atravesaba el desierto, así como les proveyó agua, alimento y aún sus ropas y calzado no se desgastó, Dios abrirá alguna ventana de bendición para tu vida y la de los tuyos.
No desmayes, Dios te sostiene, él se encarga de los suyos.
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