lunes, 28 de julio de 2014

Esperando por el hombre correcto





Es natural que toda joven soltera se ilusione con el hombre que llegara algún día a desposarla, pero ¿Qué sucede en su corazón cuando el tiempo transcurre y va viendo que sus otras amigas se casan y ella parece haberse quedado para vestir santos como decían nuestras abuelitas?


Algunas pueden llegar a frustrarse y cometer el error de buscar por su cuenta el hombre que ha Dios se le olvido enviarles. Otras pueden tomar con mucha madurez su soltería y dedicarse a servir a Dios en cuerpo y espíritu.


Dios desea que cualquiera que sea nuestro status civil, vivamos para agradarlo a Él. Las solteras pueden dedicarse a servirlo por completo en la obra; las casadas lo servimos por medio de nuestros esposos, por medio de la labor que hacemos en nuestros hogares, nuestro tiempo es un poco más limitado para servir en la obra.


Recuerda la Parábola de las Diez Vírgenes (Mateo 25:1-13), cinco de ellas eran sensatas y cinco insensatas. Las sensatas estaban ataviadas y listas con sus lámparas para recibir a su esposo; pero las insensatas se durmieron y no tenían aceite en sus lámparas. Cuando llegó el novio, las insensatas corrieron a prepararse, pero ya era demasiado tarde.


El aceite en la lámpara puede simbolizar de lo que tú estás llenando tu vida, si lo estás haciendo para agradar a Dios o para agradarte a ti misma. Es sorprendente como muchas jóvenes se preocupan por leer libros para mujeres casadas o toman clases de cocina hasta que las piden en matrimonio y, ¿Qué han estado haciendo anteriormente? Pasamos la vida preparándonos profesionalmente (lo cual no tiene nada de malo), pero y lo digo en general porque a mí me paso, no nos preparamos para ser futuras esposas y madres.


Querida soltera, Dios no desea que estés en forma pasiva esperando por alguien que algún día te despose, El desea que le sirvas activamente en Su obra, que dejes completamente ese deseo en sus manos y si está en Su voluntad lo concederá. La presión del mundo, familiares y amigos puede ser muy fuerte con respecto a tu soltería, pero recuerda no vives para agradarlos a ellos si no para agradar

miércoles, 16 de julio de 2014

Elegir Sabiamente




Conferencista: Barb Roose


Cuando nos miramos frente al espejo y nos decimos cosas feas como: Eres fea, estas gorda, estas flaca…, estamos reflejando como está nuestro corazón.


Cómo estudiar nuestras palabras sabiamente.

“En conclusión, ya sea que coman o beban o hagan cualquier otra cosa, háganlo todo para la gloria de Dios”. 1 Corintios 10:31

Glorificar a Dios significa saber quién es El y obedecerlo. Las palabras que usamos reflejan cómo estamos, como sentimos, como nos comportamos.

¿Has estado alguna vez con una mujer que dice malas palabras o es grosera?, por lo general a nadie le gusta estar cerca de ellas. Santiago 3:6 (NVI) dice:

“También la lengua es un fuego, un mundo de maldad. Siendo uno de nuestros órganos, contamina todo el cuerpo y, encendida por el infierno, prende a su vez fuego a todo el curso de la vida.

Es increíble como algo tan pequeño puede causar tanto daño. ¿Alguna vez has herido a alguien? ¿Alguna vez te han herido? Nuestras palabras pueden destruir a otras personas, por ello debemos ser cuidadosas, Salmos 141:3 (NVI) dice:

“Señor, ponme en la boca un centinela; un guardia a la puerta de mis labios”.

¿Cuántas luchamos por controlar nuestras palabras? El Salmista reconocía que él no podía controlar su lengua por sí mismo. Cuando usamos nuestras palabras sabiamente, la belleza de Dios brilla y puede atraer a otras mujeres a la luz de Cristo. Mis palabras pueden hacer sentir avergonzadas a otras mujeres.

Pensemos como Dios nos trata aunque estemos equivocadas, Él no nos señala como si estuviéramos equivocadas. El espera que nos arrepintamos de lo que estamos haciendo mal. Arrepentimiento significa dar la vuelta de lo que estamos haciendo mal y seguir a Dios.

Cuando miremos a alguien que está haciendo algo mal, podemos hacer lo siguiente:

1.      No la juzguemos, no asumamos que es mala persona. No asumas que la conducta de ella cuente su historia. Hay mucho juicio en nuestro mundo como para hacerlo nosotras también, las personas necesitan ver a Cristo reflejado en ti, para que ellas quieran conocer a Dios.

El propósito de Dios es que las personas lo conozcan, pero cuando juzgamos a otros, no estamos reflejando a Dios.

2.      Hacer preguntas, tranquilamente hagamos preguntas, ¿Cómo estás?, ¿Cómo te sientes?, ¿Qué tal ha estado tu día? Muestra interés por su vida, en lugar de decirle deja de hacer eso.

3.      Diles cuánto las amas. La Biblia nos instruye que amorosa y gentilmente hablemos con ellas. Queremos cambiar la conducta de las personas porque no nos gusta, en lugar de dejar que Dios fluya a través de nosotras. Deja que Dios abra una oportunidad para hablar con ellas.


Escoger nuestra ropa sabiamente

“Todo está permitido, pero no todo es provechoso. Todo está permitido, pero no todo es constructivo”. 1 Corintios 10:23

Nuestros cuerpos son de diferentes formas y tamaños, pero siempre deseamos tener una forma diferente a la que tenemos. Tratamos de escoger la ropa de acuerdo a como luce en la tienda o en otra mujer, pero cuando tratamos de lucir igual, nos frustramos.

La ropa refleja cómo nos sentimos, también refleja como quiero que otros me traten. Dios está interesado de que me cuide de mi misma, eso no implica tener un gran vestuario o hacerme faciales continuamente, sino en lucir como Dios me creo para reflejar Su belleza.

Nuestra ropa debe glorificar a Dios. Algún tipo de ropa no permite que Dios se refleje en nosotras, por ello:

1.      Debemos orar a Dios para que nos guie sabiamente.
2.      Debemos hablar con mujeres que nos ayuden y cuiden en la forma como nos vestimos.

Guía de Ropa de Barb Roose
1.      Solo mantener la ropa que me quede bien y que se vea bien en mí.
2.      Solo compro ropa que me quede bien y que me haga sentir fabulosa. Menos es mejor. Más me hace sentir mal.
3.      Usar al menos una pequeña pieza de joyería cada día.


Tomar la decisión de comportarnos sabiamente.

Seamos prudentes acerca de las fotos que nos tomamos y subimos a las redes sociales. Debemos tratar a los hombres como si fueran nuestros hermanos. Cuando tratamos a los hombres como nuestros hermanos, no nos vestimos para seducirlos.

Para las solteras:


No necesitas que un hombre te complemente, no tienes que tener miedo en tu corazón de quedarte sola.

Para las casadas:

Nuestra vergüenza de cómo nos sentimos con nuestros cuerpos afecta a nuestros esposos. Cuando les decimos por ejemplo, estoy muy gorda o vieja, los alejamos. Si has sufrido de abuso, habla con una mujer cristiana que no te va a juzgar para que puedas ser sanada.


Libro de lectura sugerido: “Música entre las Sabanas” del Dr. Kevin Leman

martes, 15 de julio de 2014

Creada con Curvas









Conferencista: Barb Roose





“La fe es lo No. 1 en mi vida”… “Aprendí a dejar de preguntar ¿por qué? Y a decirle: Gracias a Dios”… “Entiendo que Dios tiene un propósito para mi vida”.-  Liz Velásquez




Buscar a Dios primero.




“Más buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas”. Mateo 6:33




Cuando en las mañanas me levanto y me veo frente al espejo, comienzo a ver mis imperfecciones en lugar de agradecerle a Dios por habernos creado.




La belleza de Dios es mucho más grandiosa porque no es acerca de nuestra talla, ropa, maquillaje… sino de cómo reflejo su belleza.




Fuimos creadas a la imagen de Dios y aunque algunas veces peque, siempre reflejaré la hermosura de Dios. Buscar en el hebreo, significa “perseguir apasionadamente”. Dios nos llama a que lo persigamos apasionadamente antes de cualquier cosa.




¿Qué debemos hacer cada mañana?




1.      Ver la bondad de Dios

Mi cuerpo único fue creado por Dios. Tenemos muchos temores como; soy vieja, soy gorda, soy flaca. El salmista decía:



“Porque tú formaste mis entrañas; Tú me hiciste en el vientre de mi madre. Te alabaré; porque formidables, maravillosas son tus obras; estoy maravillado, y mi alma lo sabe muy bien”. Salmos 139:13-14



Si dejamos que esa parte de nuestro cuerpo que odiamos nos afecte, será todo lo que veamos y dejaremos de ver la bondad de Dios. Cuando recuerdo cuanto El me ama, dejó de sentir vergüenza por lo que no me gusta de mí.




2.      Ver la bendición

Hemos sido bendecidas con el cuerpo que Dios creo para nosotras. Cuando nos miremos frente al espejo y miremos esa parte de nuestro cuerpo que no nos gusta, pensemos primero en la bendición de ser creación de Dios en lugar de ver nuestras imperfecciones.




3.      Ver el propósito

Dios nos ha creado para amar y bendecir a otros, pero cuando sentimos vergüenza o pena no dejamos que las personas miren el reflejo de Dios en nuestras vidas. Dios nos equipa para cuidar y nutrir a otras.