jueves, 29 de agosto de 2013

Vestida para Su Gloria


Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia... Y sobre todas estas cosas vestíos de amor, que es el vínculo perfecto. Colosenses 3:12,14

Al estar cada mañana frente al espejo maquillando tu rostro ¿Qué observas? Yo por lo general, miro las feas canas que comienzan a aparecer y las quito. Las mujeres siempre nos tomamos tiempo frente al espejo observando como lucimos, para tratar de ocultar nuestras imperfecciones.


Así como cuidamos nuestra apariencia física al salir de casa, debemos cuidar nuestro espíritu para reflejar a Cristo. Eso es precisamente lo que hacemos cuando vamos a la Palabra, sacamos nuestras imperfecciones para que Dios nos renueve y nos transforme para poder reflejar Su gloria.


¿Qué pasa cuando por la mañana no nos vestimos como escogidas de Dios santas y amadas? Es casi como salir desnuda de casa. Porque de la forma como vistes tu interior, es como se mira tu exterior. Quedas totalmente expuesta a que las personas vean la parte carnal de tu vida.



Las malas actitudes y pecados (ira, enojo, gritería, amargura) deben desaparecer para dar lugar al Fruto del Espíritu en nuestra vida (Galatas 5:22-23). La palabra "entrañable" significa "preciado, muy afectuoso". Somos santas y amadas para Dios cada día, cada momento, cada instante El nos muestra Su incomparable misericordia.


Dios desea que nos vistamos de las cualidades que hemos recibido por medio de Jesucristo; misericordia, benignidad, humildad, mansedumbre y paciencia. No lo miremos como algo irrealizable o inalcanzable, recordemos: "...que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo". Filipenses 1:6


El verso 14, le da un toque personal a este estilo de vestir, "vestíos de amor". El amor es la virtud que da vida, cimiento y significado a todas las demás cualidades, "es el vínculo perfecto". 

De la mujer virtuosa de Proverbios 31, se dice: 


Fuerza y dignidad son su vestidura, y sonríe al futuro (BDLA)

Al vestirte cada mañana dile al Señor: 


"Me vestiré de tus fuerzas no de las mías, 
lo haré con humildad para que los que me observan
vean el trabajo que Tú haces en mi vida 
y puedan ver Tu Gloria reflejada en mí
y le sonreiré al futuro, porque Tú tienes el control de todo".



lunes, 12 de agosto de 2013

La Esposa Perfecta



Algunas definiciones del diccionario de la palabra “perfecta”:


-   “que tiene todas las cualidades necesarias”               ¿Quién yo?
-  “que tiene el mayor grado posible de bondad
     o excelencia en su línea”                                               ¡Difícilmente!
-   “completamente efectiva”                                             Ocasionalmente


Sabemos que no somos esposas perfectas. Y nuestros maridos también lo saben. Pero es posible mantenerlos tan felices que piensen que somos perfectas, porque en todos los detalles que a ellos más les importan, ¡hemos aprendido a complacerlos!


Ahora bien, no estoy hablando acerca de tratos engañosos ni de encantadoras manipulaciones diseñadas para aturdir a nuestros maridos para que nos adoren. A ellos no se les puede engañar fácilmente. Y, lo que es más importante, hay un mejor modo de complacerlos. Un modo que Dios puede honrar por cuanto se arraiga en el principio de servicio, 2 Corintios 4:5 dice: “… y a nosotros como vuestros siervos por amor de Jesús”.


Por supuesto, esto no significa que tenemos que portarnos como personas serviles alrededor de nuestros maridos. Servir al marido por amor a Jesús es algo que no exige que seamos serviles como si fuéramos esclavas o geishas.


Comienza con mi actitud de pensamiento con respeto a mí misma. Esto incluye la búsqueda de modos, todo el tiempo, para ayudarlo y complacerlo. En palabras de Proverbios 31, esta clase de esposa le hará a su marido “bien y no mal todos los días de su vida”.


La conducta que lo complace a él fluye de una actitud interna que yo he escogido para mí misma. Esa actitud, es que mi marido sea el rey de mi casa y el rey de mi vida matrimonial. Después del Señor, él es la persona a quien más quiero agradar. Después de Cristo, él ocupa el primer lugar en mi lista de prioridades.


Las recompensas de esta actitud, son que cuanto más complazcas a tu marido, tanto más ha de anhelar él complacerte a ti. Cuanto más intente él complacerte, tanto más vas a sentirte feliz en satisfacerlo, y tanto más vas a tratar de hacer las cosas que lo hacen feliz.


La mujer que se siente bella va a ser bella para su marido cuando los dos están juntos a solas; y mucho más libre de inhibiciones para la relación amorosa. Tú y yo sabemos como el tiempo y los embarazos han cambiado nuestro cuerpo, ya no tenemos aquella misma figura de la que ellos se enamoraron, pero si ellos logran la  respuesta amorosa que desean, jamás pensarán en las imperfecciones de nuestro cuerpo.


Por otra parte, Dios le ha dado a la mujer un poder capacitador, si lo utiliza para Su propósito (1 Pedro 3:1-2). ¿Cómo ocurre esto? Entregando tu actitud al Señor y luego comenzando a ser, decir y hacer lo que sabes que es bueno. Comprende que al complacer a tu marido, a la vez estás obedeciendo y complaciendo al Señor.


Que esto sea una ofrenda de amor para ambos. El Señor no te obligará a que hagas nada. No te cambiará sin tu cooperación. Tú no eres un robot ni un títere. Pero si sabes cuál es la actitud que debes tener, entonces tienes que decir: “Está bien, con la ayuda de Dios que opera en mí, voy a ser diferente”. Y luego, comienza a ponerlo en práctica.


El hacer tu voluntad, Dios mío, me ha agradado, y tu ley está en medio de mi corazón. Salmos 40:8

martes, 6 de agosto de 2013

Más allá del "SI ACEPTO"



Cuando aceptamos la propuesta de matrimonio... Nos esmeramos por escoger  el ajuar de novia, las flores y el pastel. Preparamos el banquete de bodas e invertimos nuestro tiempo y esfuerzo para tener "la boda perfecta".


Pero cuando los invitados se marchan a su hogar y ha pasado la luna de miel, y llegamos a nuestro "nidito de amor", ¿realmente estamos preparadas para ser una buena esposa, cuidando nuestro hogar con amor y sobre todo decidiendo honrar cada día al esposo que Dios nos ha dado? No pretendo asustarte, sino animarte que hay más allá de decir "si acepto".


¿Sabes lo que significa ser una "buena esposa santa de Dios" para nuestros esposos? Es importante que veamos que adquirimos un nuevo y transcendental rol que afectará el resto de nuestra vida.


Cuando nos paremos ante el Trono de Dios y tengamos que darle cuenta de la familia que puso a nuestro cuidado; y por ejemplo, nos diga...


__________________ (escribe tu nombre) Yo te cree con la habilidad de ser una esposa santa, ¿aprendiste como serlo? ¿te esforzaste diariamente en ser una ayuda-idónea y apoyo para tu esposo?


Te deje instrucciones en Mi Palabra, ¿las leistes? y si lo hiciste, ¿las seguiste?


¿Qué hiciste con el talento que te di, para ser una buena esposa?


¿Enseñaste a otras lo que significaba ser una esposa santa?, o ¿dejaste que los susurros del mundo te redirecionarán hacia la senda del egoísmo, buscando tus propios logros?



Adaptado de un artículo de Heart of Home



Queridas Amigas:


Dios desea que no obviemos nuestra labor como esposa y madre de las personas que El nos encomendó. Somos las llamadas a "edificar nuestro hogar" y la mejor forma de hacerlo es siguiendo las instrucciones que Dios nos dejo en su Palabra.


"Las casadas estén sujetas a sus propios maridos como al Señor". Efesios 5:22


El standard que Dios nos dejo en Su Palabra para amar, respetar, honrar, sujetarnos, obedecer a nuestro esposo... fue a Jesucristo. El no hacerlo nos acarreara una vida de amargura y frustración; humillación y dolor, cuando estemos ante el Trono de Dios y nos pregunte ¿qué hiciste con la vida del esposo y los hijos que te dí?... Ahí será el lloro y el crujir de dientes.