sábado, 24 de octubre de 2015

Las tormentas de la vida



No se puede medir la fidelidad de Dios por la intensidad de las tormentas de la vida.

Bienaventuranzas y ayes

20 Y alzando los ojos hacia sus discípulos, decía: Bienaventurados vosotros los pobres, porque vuestro es el reino de Dios.

21 Bienaventurados los que ahora tenéis hambre, porque seréis saciados. Bienaventurados los que ahora lloráis, porque reiréis.
22 Bienaventurados seréis cuando los hombres os aborrezcan, y cuando os aparten de sí, y os vituperen, y desechen vuestro nombre como malo, por causa del Hijo del Hombre.

Las palabras de Cristo en el Sermón del monte hablan de cuatro tormentas inevitables en la vida: Pobreza, hambre, dolor y rechazo. Por lo tanto, la pregunta es, no puedo evitar la tormenta, pero...

¿Cómo puedo permanecer segura en Dios, cuando la tormenta golpea y arrecia mi vida o mi matrimonio? 


Siempre habrán tormentas en nuestra vida, cada una de diferente dimensión.


Más adelante de ese capítulo en Lucas 6:46-49, Jesús nos habla de cómo se puede sobrellevar las tormentas, lo cual tiene que ver con los cimientos. Dos casas, ambas atacadas por la misma tormenta, por la lluvia que arrecia, por los mismos vientos, por la misma inundación; pero con la dicha, que solo la estaba cimentada sobre la roca sobrevivió, mientras que la que estaba floja sobre la arena sucumbió.


La seguridad de la casa descansa no solo en la forma como fue bellamente diseñada y construida, sino en la sòlidez de su fundamento.


Todo aquel que viene a mí, y oye mis palabras y las hace, os indicaré a quién es semejante. 
Lucas 6:47


En los Proverbios, la mujer sabia es la que teme a Dios y con sabiduría edifica su casa; la necia es la que vive como si Dios no existiera pues no lo obedece. La casa de la sabia no caerá cuando venga la tormenta, ya que está fundada sobre la roca que es Cristo; ella busca la Palabra, la escucha y la pone en practica. Mientras que la casa de la necia caerá con un gran estruendo y de ello, solo quedarán ruina y escombros.


Es absurdo pensar, que podemos evitar las tormentas de la vida. Ellas llegarán con ferocidad a nuestros hogares. Este pasaje nos deja mucha enseñanza, no se puede determinar la fidelidad de Dios por las circunstancias de la vida. La fidelidad de Dios está en su carácter que nos lo muestra a través de la Palabras.


Dios dice que, Él nunca nos dejará ni nos abandonará. Es fácil decirlo en un día soleado o en época de verano, pero es más verídico cuando el invierno llega y las tormentas arrecían una tras otra. Es como el siguiente fragmento de la canción "Praise you in this storm" (Casting Crowns)


"Y te alabare en la tormenta
Y levantare mis manos
Porque tú eres quien eres
Sin importar donde estoy
Y cada lágrima que he derramado
Tú la sostienes en tus manos
Nunca te has apartado de mí
Aunque mi corazón este destrozado
Te alabare en la tormenta"



Tal vez estas, viviendo en medio de una furiosa tormenta en este momento. Lo cual trae dolor en lugar de paz. Tal vez, te estas recuperando de una devastadora tormenta que recién ha pasado o tal vez, estás viviendo con miedo por la tormenta que se avecina.


Cualquiera que sea el caso, el pacto de Dios, su amor y fidelidad son firmes. Su fundamento es seguro de que a pesar de que la tormenta ruga alrededor y parezca derribar tu hogar o tu vida, Dios es tu roca, tu fuerza y tu paz siempre.


De ti depende lo que quieres edificar sobre ese fundamento. 


Adoralo en medio de la tormenta.



Gozaos en aquel día, y alegraos, porque he aquí vuestro galardón es grande en los cielos... Lucas 6:23

jueves, 8 de octubre de 2015

"Usted tiene Cáncer" - 2 Parte



El 10 de Septiembre empecé el tratamiento de yodo radioactivo. Después de tomar el medicamento debes estar aislada por 8 días debido a la radioactividad. En mi caso fueron 10 días para no exponer a mi hija menor que tenia 2 años en ese entonces. No es fácil estar aislada, pero eso me dio la oportunidad de estar a solas con Dios por mucho tiempo, de buscarlo, de llorar, de cantar, de preguntar y de recibir respuestas.


Salmos 20:1 NVI
Que el Señor te responda cuando estés angustiado; que el nombre del Dios de Jacob te proteja.


El escaneo mostró que el yodo fue captado y que estaba haciendo su trabajo, ¡Gloria a Dios! En marzo de este año me tocaba control que consiste en un escaneo y exámenes se laboratorio. El escaneo salió limpio pero las pruebas de laboratorio mostraban enfermedad todavía.


Para corroborar el dictamen médico, me hicieron un PET/CT SCAN, el cual es un examen de alta tecnología que justo esa semana empezó a hacerse en República Dominicana. ¡Dios es fiel! Fui una de sus primeras diez pacientes en hacerme ese examen en el país. El resultado mostró metástasis en los ganglios del cuello y un nódulo en el pulmón. Una muy complicada cirugía era el siguiente paso Disección radical modificada de cuello.


Colosenses 3:15-17 NVI
Que gobierne en sus corazones la paz de Cristo, a la cual fueron llamados en un solo cuerpo. Y SEAN AGRADECIDOS. Que habite en ustedes la palabra de Cristo con toda su riqueza: instrúyanse y aconséjense unos a otros con toda sabiduría; canten salmos, himnos y canciones espirituales a Dios, con gratitud de corazón. Y todo lo que hagan, de palabra o de obra, háganlo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios el Padre por medio de él.


Era una noticia devastadora, pero esta vez, ya no lo fue para mi corazón, el Señor me había dicho una y otra vez en su palabra que Él esta en control, que su paz me inunda y que debo ser agradecida y alabarlo. Fácil? No lo es.


Dios puso en los corazones de los hermanos de las diferentes iglesias en diferentes países el deseo de ofrendar para ayudar a pagar los gastos de mi cirugía. ¡Solo el amor de Dios hace eso! ¡Gracias Dios mío! Gracias mis hermanos!


El 1 de mayo fue la cirugía. Duró 7  horas.  Fueron extraídos 38 ganglios de los cuales 10 tenían el mismo tipo de cáncer y el resto estaban limpios. ¡Clínicamente todo un éxito! Eso significa que no había otro tipo de cáncer y que podíamos seguir con otra ronda de yodo radioactivo, este tendría que ser igual de fuerte que la primera. Mi madre viajó de Honduras para apoyarme, no puedo estar más agradecida con Dios de haberla tenido conmigo. 


La recuperación ha sido lenta, debido a algunas complicaciones; el drenaje se me salió del cuerpo antes de tiempo, y tuve un desgarre de un músculo de la espalda. Pero aún con todo, me he enfocado en lo bueno de todo esto; la unidad de la familia, la provisión milagrosa de Dios, el amor de los hermanos y miembros del grupo aquí en Santo Domingo, y sobre todo mi manera de ver a Dios. Mi fe ha crecido.


Estoy a unos días de mi siguiente yodo radioactivo que será este 1 de Julio. A diferencia del año pasado, no estoy con temor. El Señor me ha llevado agarrada de su mano, y cuando yo he desfallecido El me ha cargado y me ha tenido en sus brazos como un papá con su bebé.


Pensar en lo que tengo que volver a pasar, me pone nerviosa, aún. No es agradable ese  paso, pero lo tomo como debe ser, con toda la seguridad que algo bueno va a resultar de todo esto, y cuando mis días son grises, allí esta Dios para recordarme quien es Él.


Dios me ha dado el privilegio de pasar por esta prueba. Me ha dejado ver el amor de mi esposo en la enfermedad, me ha permitido ver la fortaleza que les ha dado a mis hijas, he visto el apoyo incondicional de mi familia. Doy a gracias a Dios por todos aquellos que han estado conmigo con sus oraciones, dándome ánimo, compartiendo versos, cuidando a mis hijas, y apoyo económico.


Desde el momento que me di cuenta que tenía cáncer, además de leer Salmos, decidí tener un diario, donde anotar eventos importantes, además de las promesas que Dios me daba mientras leía su Palabra. Los versos que he compartido son de mi diario. Hay tantas cosas, tantos detalles, tantas personas que han hecho este año tan increíble, tan memorable, tan bendecido, a pesar de haber sido bastante duro.


Sigo aprendiendo a ver las circunstancias que pasan desde una perspectiva Divina, si se puede decir así. Creyendo que lo que Dios tiene para mi, es bueno, agradable y perfecto.


Tengo la esperanza que un día con alegría pueda decir:


Hubo una vez en que la muerte quiso atraparme entre sus lazos, fui arrastrado por una corriente que todo lo destruía.   Me vi atrapado por la muerte, me vi al borde de la tumba. lleno de angustia llamé a mi Dios, y él me escuchó desde su templo, ¡mi oración llegó hasta sus oídos! Salmos 18:4-6 TLA


Todo para la gloria de nuestro Señor Jesucristo.


Gabby de Irias.



"Usted tiene Cáncer" - 1 Parte



Era sábado 23 de junio del 2013.
¡No lo podía creer! Las lágrimas no dejaban de salir por mas esfuerzos que hiciera. Dos años atrás ya había tenido mi primer susto si se puede decir así, cuando descubrí que tenia nódulos en la tiroides pero en ese tiempo no eran malignos.


Ese día era una biopsia rutinaria para mi, no me esperaba esas palabras. Ahora, ¿cómo iba a pagar todo esto? ¿El Señor me estaba diciendo que ya era tiempo? ¿Y mis hijasNo sabia que hacer. Sin embargo, Dios sí sabía, y el fue moviendo cada circunstancia para que yo pudiera ver de primera mano su misericordia y cuidado hacia mí y mi familia.


Empezamos nuestro recorrido de fe en Tegucigalpa, en el Instituto Hondureño de Seguridad Social. Casi todos los días tenía que ir por citas, y/o exámenes de laboratorio. El tratamiento sugerido fue una tiroidectomía y luego yodo radioactivo. Debido a que era reciente cotizando en el seguro no tenía acceso a la cirugía. Fueron momentos bastantes duros, ya que hicimos un petición a la junta directiva del seguro y fue denegada. Y así como me cerró Dios la puerta en el Seguro Social, así la abrió milagrosamente en el Hospital San Felipe (también de Tegucigalpa). ¡El Señor es experto en imposibles!


En esos días yo estaba muy cansada, tenía un fuerte dolor en la garganta y cuello producto de la inflamación en la tiroides y el crecimiento de los nódulos. Rebeccah, mi cuñada que estaba viviendo en República Dominicana, decidió volver a Honduras y vivir con nosotros el tiempo que fuera necesario para apoyarnos con el cuidado de las niñas mientras nosotros estábamos en el hospital. Fue otra muestra del cuidado de Dios por nosotros. Nuestras hijas estarían en su casa y así Vicky y Danna no se atrasarían en sus clases, ya que les doy Escuela en casa.


En las noches no podía dormir hablando con Dios. Preguntándole cuál era su voluntad. Con temor, no de morir. Yo estoy segura que mi hogar es en el cielo desde que acepté a Jesucristo como mi Salvador y recibí el regalo de vida eterna. Más bien, quería  ver crecer a mis hijas transformarse en mujeres de bien, probablemente un deseo egoísta, pero esa era mi oración. 


Entones decidí leer Salmos y agarrarme de sus promesas.


Salmos 18:1-2 TLA
¡Dios mío, yo te amo porque tú me das fuerzas!   Tú eres para mí la roca que me da refugio; ¡tú me cuidas y me libras! Me proteges como un escudo, y me salvas con tu poder. ¡Tú eres mi más alto escondite!




EL 23 de Julio estaban operandome en el San Felipe. Allí tuve la bendición de conocer a Rosario, una mujer valiente con quien fuimos operadas el mismo día. Tuve la oportunidad de hablar con ella, darle el evangelio y por la gracia de Dios  tomó la decisión de servir al Señor. Está fielmente reuniéndose en una iglesia cercana a su casa. Pudimos ser de bendición a su vida de muchas formas, especialmente cuando a la semana de la operación, su esposo murió. Aun, seguimos en comunicación con ella y le doy tantas gracias a Dios por su vida, aún con esas pruebas tan duras, ¡ella es fiel!


Al día siguiente de la operación el cirujano que me operó me dijo que había metástasis en el área del cuello y aunque habían limpiado bastante no pudieron quitar algo que tenía pegado a la tráquea. La noticia fue devastadora para mi corazón. Ese día gracias a Dios estaba casi toda mi familia visitándome. No hay como sentir el amor de tu familia. Recordándome lo bueno que es Dios, y que Él tiene el control Que Él da paz en medio de la tormenta.


En mi caso, los doctores me sugirieron buscar fuera del país el tratamiento del yodo radioactivo. Mi esposo estaba levantando fondos para movernos como misioneros a Santo Domingo, República Dominicana. Mis suegros ya estaban viviendo en ese bello país, y fue así como Dios nos guió a investigar las opciones para mi tratamiento en Santo Domingo.


El Señor nos llevó de la mano al lugar para hacerlo, y con la aprobación de nuestros líderes tomamos ese paso de fe hacia la tierra prometida. El 31 de agosto salíamos a República Dominicana, nuestro nuevo hogar.


En ese tiempo creo que Dios me enseñó a dejarle TODO en sus manos. Hasta ese momento yo había sido la encargada de mi hogar era la maestra de mis hijas estábamos sirviendo en la Iglesia en el ministerio de niños y de repente, como que todo había cambiado. Ya no podía hacer las cosas sin ayuda. Me sentía inútil. Ya no cantaba tanto porque no me gustaba escuchar mi nueva voz. Fue cuando el Salmo 23 cobró otro sentido para mi; estaba pasando por el valle de sombra de muerte, y estaba aprendiendo a no temer a tener la seguridad de que Dios estaba conmigo y que confortaría mi alma.



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