lunes, 7 de julio de 2014

Reglas Rotas, Relaciones Rotas




Cada familia tiene sus propias reglas sobre las cuales se rige el hogar. ¿Qué sucede cuando alguno de nuestros hijos quebranta esas reglas? Muchas veces anteponemos el deber que nuestras reglas se cumplan al pie de la letra, sin cuidar su corazón, lo cual termina en relaciones rotas.


Se nos olvida la gracia con la cual nos trata Dios cuando pecamos o fallamos, porque es más importante ejercer autoridad sobre nuestros hijos. Muchas veces hemos caído en:


-          ¿Cuántas veces tengo que decirte que arregles tu cuarto?
-          Deja ese celular y ve a terminar tus tareas
-          ¿Es qué no sabes seguir instrucciones?
-          ¿Estás quedando sordo, no escuchaste lo que te dije?


Una regla rota no debe terminar en una relación rota. Esto es lo que a menudo sucede cuando valoramos más el desempeño de nuestros hijos en lugar de la relación. Pero es momento oportuno para expresar como la gracia de Dios se ha derramado en nosotras, no podemos actuar como en la Parábola de los Dos Deudores (Mateo 18:23-35)


“Así también mi Padre celestial hará con vosotros si no perdonáis de todo corazón cada uno a su hermano sus ofensas”. Mateo 18:35


Ciertamente hay reglas que seguir, no estoy diciendo que hay que dejar que las rompan una y otra vez. El punto importante, es que debemos mostrar la gracia de Dios al momento de confrontar a nuestros hijos por su falta, lo que reflejamos ante ellos es la imagen que ellos percibirán de cómo funciona la gracia de Dios.


Antes de confrontar a nuestros hijos por sus faltas o pecados, debemos preguntarnos: ¿Soy consciente de la gracia de Dios en mi vida? ¿Qué es más importante, que aprenda a obedecer mis reglas o que juntos podamos edificar una buena relación que agrade a Dios? ¿Soy abierta, les inspiro suficiente confianza para que ellos puedan acercarse y decirme sus puntos de vista?


Mostremos la gracia de Dios para mantener un buen equilibrio en la relación con nuestros hijos, las reglas ejercidas dentro de una buena relación son de gran bendición. No dejemos que las reglas rotas destruyan nuestra relación con nuestros hijos.




Adaptado de Broken Rules, Broken Relationshipg (Shepherd Press)

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