Un Pedazo de Arcilla Flexible
Tomé un trozo de arcilla para modelar
Y le di forma un día, sin pensar;
Y mientras mis dedos la moldeaban
A mi voluntad se movía, y la acataba.
Al cabo de unos días la volví a tomar;
El trozo de arcilla, duro estaba al tocar,
Tenía aún la orma que la había dado,
Pero ya no podía cambiar su estado.
Tomé un trozo de arcilla viviente
Y día a día lo toqué suavemente,
Lo modelé según mi arte y poder
Flexible corazón de un niño al parecer.
Al cabo de unos años lo volví a buscar;
Era su mente lo que quería mirar;
Tenía aún la marca que le había dado,
Y ya no podía yo cambiar su estado.
Poema - Anónimo
Cuando leí este poema, pensé en el pasaje de Romanos 9:20 que dice: "...¿Quién eres tú, para que alterques con Dios? ¿Dirá el vaso de barro al que lo formó: ¿Por qué me has hecho así?". Todos sabemos que Dios nos formó y nos moldea constantemente a fin de que lleguemos a ser conforme a Su semejanza.
De la misma manera nosotros como padres trabajamos en la vida de nuestros hijos moldeamos su carácter, sus actitudes, sus pensamientos... ¿qué sucede si no los moldeamos continuamente? Probablemente, llegarán a ser adultos mediocres con falta de carácter y sin propósitos en la vida.
La educación no es la mejor opción para nuestros hijos, es una herramienta útil (valga la aclaración) para que se desenvuelvan en este mundo, pero no lo es el todo. Si nos quedamos con sólo esta parte, estamos criando personas útiles para este mundo, pero totalmente inútiles para el Reino celestial.
Jesús dijo:
"...Dejad a los niños venir a mí, y no se lo impidáis porque de los tales es el Reino de Dios" Lucas 18:16
Cuando nos preocupamos más porque nuestros hijos se profesionalicen con una carrera, idiomas, deportes, habilidades artísticas, etc... y dejamos de lado el instruirlos en el amor y temor de Dios, estamos impidiendo que ellos se acerquen a Dios y ese pedazo de arcilla que Dios puso en nuestras manos se va endureciendo día a día hasta que es imposible moldearla.
"...El conocimiento envanece, pero el amor edifica". 1 Corintios 8:1
Dios desea que edifiquemos con amor a los hijos que El nos confió. El desea que los encaminemos de la mejor forma en este mundo de tinieblas para que ellos lleguen a ser luz. Enseñemosles a buscar el propósito que Dios tiene para sus vidas para que jamás se aparten de la carrera que conduce a la vida eterna.
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