miércoles, 2 de marzo de 2016

¿Cuán importante es tú salud espiritual?



Aclaro, cuidar de nuestra salud es un elemento indispensable y es nuestra obligación ante Dios cuidar de nuestro cuerpo porque es templo y morada de su Espíritu. Dicho esto, he aquí una pregunta para considerar: 


¿Qué te preocupa más estar saludable o santa?



Estar tan sana como puedas es importante. Sin embargo, los problemas con nuestra salud puede llegar a dañar nuestra relación con Dios. Hoy más que nunca se le rinde un culto desmedido al cuerpo, el tener una vida saludable para mejorar nuestra calidad de vida.


Reitero, mantener la buena salud es algo que la mayoría de la gente se toma muy en serio. El pecado - no tanto. Por ejemplo, gastar tiempo y dinero para encontrar un diagnóstico adecuado para un problema de salud, sin lugar a dudas es algo que debe hacerse. Si estás enferma, le pedimos a las personas que oren por tu condición. Podemos prestar especial atención a la dieta, el ejercicio y las órdenes del doctor. Todo esto es bueno.


Pero, ¿qué pasa con un ataque de enojo hacia nuestro cónyuge o hijos? o ¿Con una herida causada por el resentimiento? o ¿Cuándo nuestra carne se pudre por el cáncer llamado envidia? Nuestro enfoque es generalmente hacia las personas que nos han causado ese enojo, resentimiento o envidia,  más que en la curación de nuestro pecado. La idea de pedir ayuda en esa área al Pastor, Diacono  o a una amiga madura en la fe es algo secundario o sin importancia. Y si acudimos a ellos, no tomamos en cuenta su consejo.


Vez, cuán importante es nuestra salud espiritual. Dios desea que así como cuidamos nuestro cuerpo, que así como seguimos una prescripción médica cuando estamos enfermas, aprendamos a seguir lo que Él nos dice en su Palabra con relación a nuestra salud espiritual. Por ejemplo:


Contra el enojo: 

"Enójense, pero no pequen; reconcíliense antes de que el sol se ponga, y no den lugar al diablo". Efesios 4:26-27

Contra el resentimiento:

"Tengámonos en cuenta unos a otros, a fin de estimularnos al amor y a las buenas obras". 
Hebreos 10:24

Contra la envidia: 

"No hagan nada por contienda o por vanagloria. Al contrario, háganlo con humildad y considerando cada uno a los demás como superiores a sí mismo. Filipenses 2:3


La Palabra tiene un diagnóstico y sobre todo una cura para todas nuestras dolencias, enfermedades del alma, infecciones que nos contaminan y pueden inclusive causarnos daños severos e irreversibles sino son tratados debidamente. Cuida tu salud espiritual.

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