Dios cumple su Propósito en Mí
“Jehová cumplirá su propósito en mi, tu misericordia
oh Jehová es para siempre, no desampares la obra de tus manos”.
Salmos 138:8
Una de las cosas
que dije cuando empecé a trabajar, fue, jamás seré ama de casa.Para mí ese término estaba reservado
para una mujer sin estudios, conformista o con pocas aspiraciones en la vida.
Que lección me dio el Señor.
Hoy,ya tengo
varios años de ser una feliz ama de casa.Me di cuenta que, como dice el refrán “el tigre no es como lo pintan”. Ser ama
de casa es un privilegio el cual muchas mujeres no lo consideran así.Unas,
porque las finanzas del hogar no lo permiten, otras por aspiraciones
personales, otras por un supuesto mejor estilo de vida, otras porque piensan como
yo solía pensar que iban a desperdiciar su vida, otras por falta de fe, etc.
Ser ama de casa
es una gran responsabilidad, más grande que dirigir una oficina. En una oficina
aunque tengas personas a tu cargo, todo el trabajo que hagas al cabo de algunos
años se acabará. En cambio en el hogar, lo que hagas o dejes de hacer por las
personas que están a tu cargo van a trascender toda la vida y hasta en la
eternidad.
Hoy te puedo
asegurar que para mí es un privilegio ser ama de casa. No fue una decisión
fácil al principio, pero sin duda alguna, sé que fue acertada. Hubieron días de
frustración y de dolor, pero han sido más los días de felicidad y confianza en
el Señor.
Proverbios
31:11, dice: “El corazón de su marido,
está en ella confiado…” Nuestros esposos confían que al salir a sus
trabajos, sus hijos y su hogar quedan en las mejores manos, las nuestras. La
Mujer Virtuosa, a pesar de tener criadas a su disposición (verso 15), se
encargaba personalmente de su esposo y sus hijos.
Mujeres, ningún
salario que podría calcularse, pagaría lo que nosotras hacemos por nuestra
familia en casa.Es invaluable y yo le agregaría la palabra incalculable. No lo
menospreciemos, las vidas que están a nuestro cuidado fueron encomendadas por
Dios. Seamos sabias, no abandonemos el
hogar.
En mi
experiencia personal, yo encontré en Proverbios 31 la clave para continuar con
mi desarrollo profesional y para aportar económicamente a mi familia: Generar
ingresos desde mi hogar, sin tener que salir a la calle. Dios me ha bendecido con
ciertas habilidades que anteriormente no podía apreciar.
Yo, que no sabía
hacer nada, ahora me dedico a vender comidas, a la repostería, a la costura, a tejer
y hasta escritora he resultado.Si Dios me hubiera revelado los planes que tenía
para mi, en los momentos que parecía león enjaulado en mi casa, hubiera pensado
que era un mal chiste.
Al inicio de
este libro te comenté que tenía que salir a trabajar, mientras mi hija mayor a
veces quedaba al cuidado de una empleada o la dejaba sola en casa o la llevaba
al trabajo. ¿Sabes cuál fue el resultado? Ella no está conmigo hoy. Está con
quien la cuidó sus primeros cuatro años, con mi madre. No quiso seguir viviendo
conmigo, porque durante mucho tiempo la descuidé por algo que pensé era valioso
para mí, mi realización personal.
Ha sido una
lucha contra el enemigo, haciéndome sentir culpable por la clase de madre que
fui con ella. Gracias al perdón que encontré en Jesús, tenemos una mejor
relación. Aún no está conmigo, pero continúo orando para que un día regrese a
casa.
La Mujer Virtuosa no era la “Mujer Maravilla”. Ella no escribió sobre sí misma; alguien más que
observó cuán virtuosa era fue quien detalló como era su proceder. Probablemente
ella, al igual que nosotras, tuvo sus luchas, tuvo sus malos días, es casi
imposible pensar que no se cansaba. Lo sorprendente es que todo cuanto se
expresa, son elogios de lo que hacía y de su carácter.
El cambiar un cómodo escritorio en una oficina por una
calurosa estufa en una cocina, parece algo ridículo. Hoy pienso que es parte del
plan que Dios tenía para mi vida. A veces no ha sido fácil estar en casa, no lo
niego, pero Dios me encomendó la vida de mi esposo y de mis hijos para que los
amara y los cuidara ¿Quién más podría hacerlo?
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