Esta es la temporada de regalos, desde comienza el mes de Diciembre y se
acerca la Navidad todo en cuanto pensamos es que regalar, el dar regalos es lo
que predomina en los negocios. Si los regalos no fueron comprados y entregados,
muchos negocios fracasaron, muchos niños y aun adultos terminaron con sus
corazones tristes porque no recibieron lo deseado.
Dios hizo toda la Creación por una simple razón, que el hombre pudiera
gobernar y sojuzgar la Tierra. Todo cuando Dios creó fue para que el hombre
pudiera disfrutar las maravillas de su Creación, pero cuando el hombre pecó,
perdió ese hermoso regalo que Dios le había dado, pues le fue arrebatado por el
diablo y las tinieblas que vinieron a gobernar sobre la preciosa Tierra que
Dios había creado.
Pero había un último regalo que Dios podía darle a aquellos que lo
amaran y lo aceptaran como su Rey y Señor. Ese último regalo era el cielo. Este
regalo brinda esperanza a los que creemos en Dios, no importa las
circunstancias de la vida, el regalo del cielo transforma vidas.
Sin la realidad del cielo, esta vida es como un mal chiste, como si de
perdida nos tocara creer cualquier mentira de que somos producto de la
evolución. Dios dio a su Hijo Unigénito para que en El encontráramos salvación
y vida eterna. Dios nos hizo para ser dadores de regalos. Fuimos hechos a la
imagen de Dios y Él es el más grande dador de regalos.
Esta Navidad, obsequia este regalo que no se puede comprar pues ya fue
comprado con la muerte y resurrección de Jesús; no se puede envolver pues su
misma sangre nos cubrió y limpió nuestros pecados; no se puede arruinar porque
es incorruptible, pues fue dado por nuestro Dios Eterno.
La vida después de recibir este regalo no vuelve a ser igual. La
gratitud que sientes cuando lo recibes es indescriptible no tiene precio
¿recuerdas cuando tú lo recibiste? Permite que otros disfruten ese mismo
regalo, Dios desea que obsequiemos el último regalo que fue dado para nuestra
salvación – El cielo, lleva este obsequio a aquellos que lo necesitan y brinda
esperanza en este mundo de tinieblas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario