lunes, 12 de mayo de 2014

El Clamor de una Madre



El guarda los pies de sus santos… porque nadie será fuerte por su propia fuerza.  1 Samuel 2:9


La Biblia nos relata a través de diferentes historias como Dios ha mostrado su misericordia en la vida de aquellas madres angustiadas que claman por Su ayuda. Un ejemplo de ello, lo encontramos en Ana la madre del profeta Samuel, que en su ferviente deseo de ser madre derramó ante Dios toda la amargura que había en su corazón para obtener el deseo que tenía que era tener un hijo. En medio de su esterilidad, Dios le concedió su petición, y no solo eso, ya que tuvo tres hijos y dos hijas más a parte de Samuel.


Pero, ¿Que sucede cuando la felicidad y la tranquilidad del hogar se ven interrumpidos por la enfermedad de uno de los hijos que Dios nos concedió? ¿Cómo se enfrenta tan dura prueba?


Patricia Wainwright y Miguel Mendoza llevan diecisiete años de feliz matrimonio, juntos han procreado a tres hermosas princesas Rebeca (14), Maya (8) y Valeria (3). Todo comenzó el 7 de noviembre del año recién pasado en lo que parecía una visita rutinaria al pediatra de Valeria por una tos, el doctor al examinarla detectó que tenía una masa en su abdomen y la misma no se miraba porque había crecido hacia adentro. Por lo que fue necesario practicarle un ultrasonido y varios análisis de sangre. Al principio sospechaban que era Leucemia, pero hasta que revisaron los exámenes en el hospital, se dieron cuenta que tenía cáncer.


Con su esposo se pusieron a orar y la entregaron a Dios, le pidieron que ella no sufriera, que les diera fortaleza, que les ayudara a abrir puertas, que proveyera todo lo necesario para salir de esta dolorosa situación y hasta hoy Dios ha sido fiel con sus peticiones.


Paty, en su dolor se sentía muy enojada con Dios, casi no dormía ni comía; para ella fue algo horrible, le preguntada a Dios una y otra vez: ¿por qué, por qué ella? Si Él me la había concedido cuando no la esperaba ¿por qué era tan cruel?


¿Qué sentiste Paty cuando a las pocas semanas de tan duro diagnóstico, comienzan a practicarle a Valeria su primer quimio?

Sabía que estaba envenenando a mi hija y que ese tratamiento podía causarle hasta la muerte. Me sentía totalmente cegada por el dolor y la rabia, no podía ver ni escuchar a Dios. Las personas me decían que Dios tenía un propósito, y yo les respondía que Él era cruel, qué necesidad tenía de hacer que una niña pasara por eso para hacer cumplir algo o para glorificarse. Estaba tan dolida que no podía ver a Dios actuando a nuestro favor en medio de lo que estábamos pasando.


Una amiga me dijo que ya dejara de preguntarle a Dios el ¿por qué? Y que comenzará a agradecerle, ella fue como una luz en medio de la oscuridad. Al llegar la segunda quimio comencé a darle gracias a Dios porque aunque no lo sentía, sabía que Él estaba con nosotras. Comencé a agradecerle por el transporte, por los medicamentos, por los doctores, por la tos que tuvo Valeria que fue la que sirvió para que nos diéramos cuenta de su enfermedad, tenía tanto que agradecerle.


El agradecimiento fue la llave que para mí abrió el camino hacia la reconciliación y restauración con Dios.


¿Qué sucedió cuando a pocas semanas de Navidad, le fue practicada una cirugía a Valeria para poder dictaminar el tipo de cáncer que padece?

Fue otro momento duro y difícil, la entregamos nuevamente en manos de Dios confiando que Él tendría el control de todo. A esta altura yo ya no sabía que hacer y solo clamaba a Dios por un milagro, que el tumor no se rompiera durante la cirugía porque contaminaría todo el abdomen con células cancerígenas. Nuevamente Dios nos mostró su cuidado, poder y misericordia la cirugía había sido un éxito después de cuatro horas angustiantes, Valeria estaba fuera de peligro.


El primer diagnóstico fue tumor de Wilms un tipo de cáncer con buen pronóstico en niños pequeños, la quimio sería suave, ambulatoria y duraría 18 semanas aproximadamente. Pero en la víspera del 24, la doctora nos comentó que al ver el resultado de la biopsia algo no concordaba con el diagnóstico inicial por lo cual decidió enviar los resultados al Hospital Saint Jude en Estados Unidos. Debíamos esperar dos semanas para la confirmación del diagnóstico o prepararnos para recibir otra noticia peor. Así que pasamos Navidad y Año Nuevo orando por el resultado, pidiéndole a Dios que tuviera el control de todo.


A inicios de este año nos dieron el resultado, era Sarcoma Renal de células claras de riñón, un tipo de cáncer raro e inusual, para el que las quimios son agresivas y duran 24 semanas. A partir de allí, comenzamos de cero, las quimios anteriores que eran solo seis no contaban. Nuestros corazones estaban contritos y desolados, con mi esposo clamábamos a Dios orando con el Salmo 34:18


“Cercano está Jehová a los quebrantados de corazón; y salva a los contritos de espíritu”.


Llegaron otros exámenes para descartar si había metástasis en su cerebro, el cual salió negativo. Lloramos agradeciéndole a Dios por este resultado, fue un gozo increíble, creo que ni así nos hubiéramos ganado la lotería nos habríamos sentido tan felices. Le practicaron otro examen para descartar metástasis en sus huesos, también salió negativo. Agradecimos a Dios porque nos llevó a descubrir esta enfermedad antes que se propagara a sus otros órganos y ahora solo es cuestión de practicarle las quimios.


En febrero después de su primera alta dosis de quimio estuvo grave, descompensada totalmente y creíamos que se nos iba a morir. Sufrimos horrible tuvieron que transfundirle sangre porque su hemoglobina estaba en seis. Sentía un miedo espantoso, un dolor en la espalda y en estomago que no me dejaba respirar, pero la fuerza para seguir la encontré solamente de Dios.


“Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo; y si por los ríos, no te anegarán. Cuando pases por el fuego, no te quemarás, ni la llama arderá en ti. Porque yo Jehová, Dios tuyo, el Santo de Israel, soy tu Salvador…” 
Isaías 43:3-4


¿En estos momentos como está tu corazón Paty?
Estoy orando por mi milagro Bessy, así como el milagro de “El aceite de la Viuda” en 2 Reyes (4:1-7), este milagro involucra varios aspectos: Humildad para pedir ayuda a Eliseo, honestidad para decir que en su casa solo tenía una vasija de aceite, obediencia para ir y hacer lo que Eliseo le dijo. Este milagro fue completo y abundante porque hasta que no hubo más vasijas ceso el aceite, pudo pagar a sus acreedores y con lo que sobro pudo subsistir con sus hijos.


Así le pido mi milagro a Dios una vida plena para Valeria, que ella pueda tener una vida normal (estudiar, tener hijos, un hogar) sin recaídas y sin hospitales, que la atadura del cáncer sea rota y no exista más esta enfermedad en mi familia. Mi papá murió de cáncer en 1995 y mi mamá lucho con cáncer de mama en el 2012. Quiero que el milagro que le pido a Dios sea completo y abundante.



Gracias Paty por abrirme tu corazón y permitirme compartir tu testimonio con otras madres. Me has ayudado a ver que mis problemas no son nada en comparación con el sufrimiento de una madre. Deseo que Dios conceda las peticiones de tu corazón y te de la fortaleza necesaria para seguir adelante con tu familia.

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