martes, 12 de enero de 2016

Señor, abre los ojos de mis hijos



Y Eliseo le dijo: "No tengas miedo, que son más los que están con nosotros que los que están con ellos". Acto seguido, Eliseo oró con estas palabras: "Señor, te ruego que abras los ojos de mi siervo, para que vea". El Señor abrió los ojos del criado, y éste miró a su alrededor y vio que en torno a Eliseo el monte estaba lleno de gente de a caballo, y de carros de fuego". 2 Reyes 6:16-17 (RVC)




La ciudad donde se encontraba Eliseo (Dotán) y su siervo estaba sitiada por los Sirios (2 de Reyes 6:8-23), su siervo al ver lo que sucedía exclamó: "¡Ay, Señor mío! ¿Y ahora que vamos a hacer!


El Profeta Eliseo habló estas palabras con respecto a un hombre con vista normal. Él podía ver todo lo que había que ver con los ojos humanos. Pero, obviamente, había algo importante que su siervo había desapercibido. Si nosotras y nuestros hijos creemos que todo lo que importa es lo que podemos ver con nuestros ojos entonces ambos estaremos en graves dificultades en la vida.


A menudo con mi esposo les hacemos ver a nuestros hijos cosas o actitudes incorrectas de los dibujos animados que están viendo en ese momento, les hacemos ver las consecuencias que tendrán si desobedecen, les decimos en palabras comprensibles las cosas malas que se están viviendo en estos tiempos, tratamos de llevar su mente y comprensión a un nivel, que ellos puedan llegar a discernir cuando no estamos cerca. Lo mismo sucede cuando el más pequeño siente miedo, le hacemos ver que la protección de Dios es más grande que la que papá o mamá pueden darle.


¿Cuánto tiempo pasas hablando con tus hijos acerca de la importancia de lo que ellos no pueden ver? Lo que no se ve, es de suma importancia mucho mayor de lo que podemos ver. Como madres, es nuestro trabajo ayudar a nuestros hijos a entender que lo que no se ve, es lo que le da sentido a la vida y el propósito.


En la actualidad, no contamos con Eliseos que nos ayuden a ver lo que sucede a nuestro alrededor para pedirle a Dios que abra las cosas invisibles que suceden a nuestro alrededor. Pero, si tenemos el Espíritu Santo que mora en nuestros corazones y nos da la certeza de lo invisible. Esto es importante cuando nos sentimos en desventaja numérica o abrumadas.


Los enemigos de Dios y Su palabra hacen mucho ruido en nuestra cultura. Parecen que tienen la sartén por el mango. El criado de Eliseo tenía preocupaciones similares sobre el tamaño del ejército arameo que los rodeaba. Eliseo con calma le dijo:


"No tengas miedo, que son más los que están con nosotros
 que los que están con ellos."


La fe no radica en tener una visión sobrenatural que te hace ver más allá de lo evidente. La fe es tener convicción de lo que no se ve. No tengamos miedo, oremos porque nuestros hijos aprendan a discernir y ver lo que Dios desee mostrarles.


"Porque lo invisible de Dios, es decir, su eterno poder y su naturaleza divina, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, y pueden comprenderse por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa". Romanos 1:20


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