Me casé el 14 de diciembre del año 2007...tenía 22 años
de edad...me casé llena de ilusiones y creyendo ciegamente en los cuentos de
hadas y princesas....donde siempre el final es "FELICES PARA SIEMPRE"
pero no fue así...ni siquiera parecido... al principio vivimos solos, yo
estudiaba y él trabajaba, yo nunca había trabajado hasta esa fecha, por lo
tanto no tenía tan claro el concepto de responsabilidad, él llegaba tarde a
casa por cumplir alguna tarea en su trabajo y yo lo recibía llena de histeria
porque no entendía porque se quedaba trabajando si tenía un horario que
cumplir, siempre estaba cansado y eso me molestaba porque creía en los
matrimonios "modernos" donde el hombre y la mujer compartían por
igual las tareas del hogar, era una egoísta consentida y malcriada ya que antes
de casarme, como única hija mujer de 6 hermanos que somos en total, mis Padres
me criaron bajo la protección del amor sin límites, eso fue algo que me lleno
de fuerza en mi matrimonio para que cada vez que había un problemita de esos en
mi hogar yo agarrara sin pensar dos veces mi maleta y me fuera de casa. Mi
mentalidad era que ningún hombre se merecía hacerme sufrir...pero no me daba
cuenta en ese momento que el sufrimiento la mayoría de las veces se lo causa
uno mismo.
Después comenzamos a recibir a nuestros amigos en casa y
eso se convertía en fines de semana completos entre comida y alcohol,
procurábamos estar acompañados de más gente ya que la compañía del uno con él
otro no era agradable, entonces esa era una forma cómoda de soportarnos.
A los 10 meses de casados diagnostican a mi Padre con cáncer de páncreas,
mi Papá para mí era un héroe, lo amaba, admiraba y respetaba como a
nadie en éste mundo, yo era su consentida; cuando ese diagnóstico llegó,
comencé a actuar como un adulto, le brindaba todas las atenciones a mi Padre y
revotábamos de hospital en hospital uno de mis hermanos y yo, ya que los demás
trabajaban y aunque quisieran apoyar se les complicaba. Mi esposo sentía el
mismo respeto que yo hacía mi Papá, él vivió conmigo toda esa
situación, pero no yo con él, ya que él siempre estaba ahí para
apoyarme pero yo descuide por completo mi hogar. A los 10 meses del diagnóstico
mi Papá falleció y una parte de mi corazón también.
Sentía un vacío
inmenso y por primera vez sentí la necesidad de que fuera Dios quién llenará mi
corazón, pero no tenía claras mis ideas y cuando mi esposo buscaba consolarme
yo lo rechazaba, cuando me reclamó por ese rechazo le dije que había perdido lo
que más amaba en mi vida, que él también podía irse...y lo cumplió; a los 5
días de fallecido mi Padre, mi esposo se fue de casa. Fue en ese momento donde
las cosas se pusieron peor, salía todos los fines de semana con mis amigas y el
con los suyos, era una vida muy desordenada pero nunca dejé de
extrañarlo, Dios me guardó de una forma impresionante porque a pesar de exponer
tanto mi vida, nunca me pasó nada malo y tampoco busque consuelo en otros
brazos, aunque el enemigo si intento engañarme de esa forma...cada vez
extrañaba más a mi esposo y él a mí...a los 4 meses lo volvimos a
intentar...pero tampoco funcionó, ésta vez sólo duramos juntos 6
meses y fueron muy difíciles, así que nos volvimos a separar.
Después de eso
fueron 3 años viéndonos de forma esporádica, él en casa de sus papas y yo en la
de mi mamá, después de haberlo tenido siempre, yo me conformaba con verlo
cuando él quería, así que nos acostumbramos a eso, pero el comenzó a cambiar,
se volvió un consumidor de alcohol de todos los fines de semana, fue una
cuestión progresiva que ya no lo dejaba avanzar en ningún aspecto de su vida.
En el 2012 yo busqué refugio en el lugar indicado y me
comencé a congregar en una pequeña iglesia bautista, era algo que me llenaba de
mucha paz y me llenó de esperanza ya que le entregué mi vida a Cristo y no
dejaba de pensar en estos maravillosos versos:
"...pero yo y mi casa serviremos a Jehová". Josué 24:15 RVR1960
"Asimismo
vosotras, mujeres, estad sujetas a vuestros maridos; para que también los que
no creen a la palabra, sean ganados sin palabras por la conducta de sus esposas"
1 Pedro 3:1 RVR
Pero lamentablemente perdí mi fe y ya estaba muy
cansada...así que tomé la decisión de divorciarme...fue la decisión más difícil
de mi vida ya que estoy consciente que Dios aborrece el divorcio. ..pero no
tenía otra opción, ya que su propuesta era que él podía tener a sus amigos y
seguir así, con una vida amargada, llena de soledad, problemas y tropiezos,
mientras que yo hiciera "mis cosas de la iglesia". En éste momento
tenía mucho temor ya que retumbaban en mi cabeza las palabras de Pablo a los Corintios:
"No obstante, para los que ya están casados, tengo
un mandato que no proviene de mí sino del Señor. La esposa no debe dejar a su
marido; pero si lo deja, que no se case de nuevo o bien que se reconcilie con
él; y el marido no debe dejar a su esposa. 1 Corintios 7:10-11 NTV
Pero la situación y el amor a Dios pudo más que ese temor, ya que todo lo
que pasaba me aleja de mi camino al lado del Señor y decidí que si era la
voluntad de Dios yo me quedaría sola y le serviría fielmente, así que le dije
que los papeles estaban en trámite, el intentó el día de la firma de los
papeles del divorcio solucionar las cosas, pero yo ya estaba decidida... (Continua leyendo la II Parte)
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