jueves, 24 de octubre de 2013

Una Mujer con Espíritu Gran Comisionista



Les recomiendo a nuestra hermana Febe, diaconisa de la Iglesia de Cencrea. Les pido que la reciban dignamente en el Señor, como conviene hacerlo entre hermanos en la fe; préstenle toda la ayuda que necesite, porque ella ha ayudado a muchas personas, entre las que me cuento yo. Romanos 16:1-2


Escrito por Nany Annírida


La primera vez que escuché esta palabra fue en noviembre de 2007, en la Iglesia Gran Comisión. Recuerdo que pensé que se trataba de una siglas de alguna Federación o Fraternidad Femenina, era mi tercera visita a la iglesia.


Luego cuando supe que era el nombre de una mujer que Pablo menciona en la Biblia, quedé impactada y decidí investigar sobre ello... Era extraño y fascinante para mí, pues había leído varias veces la Carta a los Romanos y este nombre jamás lo había visto con detenimiento. Al leer el verso Romanos 16:1, cada palabra fue de estímulo, nada más al observar como Pablo recomienda a FEBE, pensé: 


¿Es imposible pensar que Pablo recomendaría a alguien sin estar 100% convencido de su integridad?


Pablo era muy honesto y correcto. Febe debió ser generosa y apasionada por Dios para que tales palabras salieran de Pablo. Su amor y servicio a la iglesia debieron haberlo cautivado para recomendarla así, dando precisas instrucciones a los hermanos en Roma de tratarla bien y darle apoyo durante su tiempo allí. 


FEBE iba de visita a Roma. Los motivos específicos no aparecen. Quizás ella cumplía instrucciones, quizás fue enviada a servir a otro lugar para estimularlos o quizás ella fue escogida por Pablo para llevar precisamente esa carta. No lo describe. 


Según el verso, Pablo identifica a Febe como servidora de la Iglesia de Cencrea, la cual esta situada en la ciudad de Corinto (Grecia). Para ir hasta Roma ella debió emprender un muy, pero muy largo viaje... Según investigue en Google, fueron unos 1,062 kms (aproximadamente) y unas 156 horas de camino sin parar, recorriendo mar y tierra. ¿Cuantos días le habrá tomado llegar?


Definitivamente esta mujer tenía pasión por el Evangelio. ¿Qué mujer hoy  en día haría esto? Quizás alguien que se dedique a correr maratones, y aún así esto sería una competencia de alto nivel para cualquier mujer en ese deporte. Imagínese para una mujer sencilla como ella.... ¡wow! Febe una mujer misionera. Tenía cualidades extraordinarias y virtuosas. No sólo servia en su iglesia, si no que también estaba entregando, su tiempo y su vida al servicio de otros, incluso de otras congregaciones... Viajó hasta Roma!!!!


El Apóstol Pablo afirma con precisión en este pequeño verso: "Ayúdenla con lo que necesite". Su deseo fue cuidarla, que fuese bien tratada durante su estadía en Roma. Todo esta recomendación expresa su gran agradecimiento por ese amor, esa entrega y servicio con los hermanos de Corintios y con él mismo, y ahora con los hermanos en Italia. 


¡Qué maravilloso ejemplo que Pablo y Febe nos están dando! Que rico poder ver estas enseñanzas en las Escrituras. Por eso quise compartirlo hoy con ustedes queridas amigas. 


Mi deseo y mi oración es que seamos como Febe y que nuestras futuras generaciones hablen de nosotras como buenas siervas. Dios nos ayude y nos enseñe a cada día servir en Su obra.

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Hace unos días estuve junto a mi esposo en el Campamento de Líderes "Multiplicando Multiplicadores" de nuestra Iglesia. Algunos hombres hacían la broma sobre el diseño de los folletos porque tenían colores rosado fucsia, decían que eran propios para el campamento de mujeres.


Bueno, en lo personal me encanto el tiempo que pasamos, el hecho de que este año hubieran incluido a las esposas estuvo genial. Muchas veces las mujeres nos relajamos y nos relegamos a nada más que el servicio dentro y fuera de la Iglesia y no esta mal. Pero también fuimos llamadas a ser  y hacer discípulas, Febe es un digno ejemplo de lo que es una mujer gran comisionista.


Viajó cientos de kilómetros para llevar a cabo la labor que Pablo le encomendó, me imagino que no solo fue por su servicio sino por su ejemplo, porque "ella había ayudado a muchos, inclusive a Pablo". Ese ejemplo, debía causar un efecto multiplicador en los hermanos de Roma.


Seamos como Febe, seamos de esas hermanas con las que se pueda contar para llevar el servicio y el Evangelio no solo donde estamos si no más allá de nuestros límites.

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