Buscar el hombre indicado, es sin duda el error más grande que las solteras cometen. Primero, porque como hijas de Dios, deben esperar en Él al hombre indicado y además, Dios no necesita su ayuda para que lo encuentren. Esto conlleva a las solteras a desilusiones amorosas, a relaciones fuera del matrimonio, a convertirse en madres solteras, a perderse del propósito de Dios... todo por andar buscando príncipes entre sapos.
Muchas solteras caen y comenten los siguientes errores:
- "El noviazgo es para conocerse antes del matrimonio"... pero si no tiene como fin honrar a Dios con el matrimonio, para que perder el tiempo.
- "Mis amigas ya están casadas y sólo yo me estoy quedando"... mejor quedada que abandonada con un niño o desilucionada o peor aún divorciada.
- "El amor cubre multitud de pecados"... No tergiverses el verso, sino no es una persona madura en la fe, ¿cómo piensas que tengas la madurez necesaria para aceptar las responsabilidades de un matrimonio?
- "Mi amor, por él, lo hará cambiar"... Ninguna mujer tiene el poder suficiente para cambiar a un hombre, no somos el Espíritu Santo.
Es momento que dejes de andar buscando príncipes entre sapos y te concentres en buscar a Dios.
¿Estás casado? no trates de separarte. ¿Eres soltero? No busques casarte... También hay diferencia entre la mujer casada y la joven soltera. La joven soltera se preocupa de servir al Señor y de ser santa, tanto en cuerpo como en espíritu... 1 Corintios 7:27, 34
Tú mayor preocupación en este momento, debe ser servir y agradar a Dios. No caigas en el coqueteo santo o sea servir para que otros hermanos te vean y te consideren como una candidata para esposa. Sirve de corazón, Dios hará que el hombre indicado se fije en ti.
Deja de llevarte con sapos o terminarás siendo la señora rana. Añade valor a tu vida, mírate frente al espejo y valórate como la hija de Dios que eres. Eres una princesa, compórtate como tal no te conformes con menos.
Siete preguntas que debes hacerte antes de casarte (por Dave Willis - Marriage):
1. ¿Está persona ama más a Jesús que a mí?
2. ¿Está persona respeta a otros y es respetado?
3. ¿Está persona fortalece mi carácter o me tienda a comprometer mi carácter?
4. ¿Puedo ser yo misma alrededor de está persona?
5. ¿Las personas que más me aman piensan que está persona saca lo mejor de mí?
6. ¿Está persona valora el compromiso o evita comprometerse conmigo?
7. ¿Me gustaría que mis futuros hijos tengan los mismos rasgos de personalidad de esta persona?
Sino habías meditado en ello, es momento para que lo hagas y lo consideres. No desperdicies tu tiempo ni tu vida buscando sapos, aguarda por el príncipe que Dios tiene preparado para ti.
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