Una amiga siempre me decía esta frase: "Siempre hay uno, peor que uno", ella se refería a que siempre hay una persona en peor circunstancias físicas o económicas que la nuestra.
¿Se puede estar agradecida con Dios en todo? ¿Cómo pudo el apóstol Pablo escribir algo así? Sencillo, porque él lo experimento. Fue un hombre que sufrió naufragios, azotes que lo dejaron al borde de la muerte, escasez, abandono, encarcelamientos.
Imagínense por un momento que aliento le hubiese transmitido a los cristianos en momentos que eran perseguidos y asesinados, si se hubiera lamentado por su condición.
"Dad gracias en todo"
"Estad siempre gozosos"
"Con acción de gracias..."
"Mi Dios suplirá todo..."
Son las frases de aliento que encontramos en sus cartas, fue un hombre que disfruto la plenitud de Dios y todo cuando necesitaba lo encontraba en El.
¿Podremos disfrutar de una vida de gratitud como la que él vivió? Para poder ser mujeres agradecidas, tomaremos como referencia Filipenses 4:4-7
a) Estar siempre alegres
Regocigaos en el Señor siempre. Otra vez digo: ¡Regocijaos!. Fil. 4:4
En Nehemías encontramos que: "el gozo es nuestra fortaleza". Una mujer deprimida, preocupada, ansiosa, miedosa del futuro no puede disfrutar del gozo. El gozo es la fortaleza que evita que el enemigo venga a susurrarnos las derrotas, las luchas, los fracasos. El enemigo necesita saber que somos mujeres gozosas por la esperanza que tenemos en Dios.
b) Ser Amables
Vuestra gentileza sea conocida de todos los hombres. Filipenses 4:5
¿Cómo eres conocida entre tus amigos, vecinos y familiares? Una mujer amable en el trato con los demás es una luz en medio de la oscuridad. Una dulce sonrisa es escasa en estos tiempos.
c) Orar en todo momento
Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Fil. 4:6
Nuestras peticiones a Dios deben estar enmarcadas en Su voluntad no en la nuestra. Tampoco son una lista de favores que queremos que Dios nos conteste. El orar nos ayuda a disponer el corazón para esperar la respuesta de Dios, ya sea lo que yo espero o lo que El conoce que es mejor para mi. Cuando oramos Su voz es más audible, Su presencia nos llena de paz, las cargas se vuelven más livianas.
d) Ser agradecidas
Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Fil. 4:6
Es fácil ser agradecida cuando recibimos algo o una oración es contestada, pero hay que ser mucho más agradecida en los momentos de prueba, porque Dios utiliza las pruebas para moldearnos. Recordemos que a aquellos que amamos a Dios "todas" las cosas ayudan a bien.
e) Guardar nuestro corazón y pensamientos
Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús. Filipenses 4:7
Jesús dijo: "Mi paz os dejo mi paz os doy", desde el momento que lo aceptamos podemos disfrutar Su paz la cual sobrepasa todo entendimiento. No dejes que tu corazón se endurezca por culpa que lo alimentaste de malos pensamientos. La mejor medicina para el corazón es la paz, descansar en sus promesas y dejar todo a su control.
Señor:
Hoy quiero agradecerte por todas aquellas cosas que ayer renegué, porque en ese momento no entendí eran parte de Tu propósito para mi vida. Gracias porque hoy puedo verlo en retrospectiva... sé de donde me has traído y sé que puedo descansar tranquila sabiendo que me llevarás a un mejor lugar a tu lado. Amén