Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos. Mateo 5:16
Pienso que la más grande fachada o máscara que nos colocamos es la falsa sonrisa que dice: "Estoy bien", cuando realmente no lo estamos. Puede ser a causa del dolor, enfermedad, dificultades financieras, problemas matrimoniales, abuso, niños problemáticos o algún otro huésped problemático que hayamos alojado en nuestras vidas.
Tantas cosas que mantenemos ocultas de otros. El ocultarnos nos roba la energía y toma una parte emocional de lo que somos. Y esa energía podría ser mejor gastada en ayudarte a hacerle frente o en obtener ayuda con lo que está pasando en tu vida.
Quitar las máscaras. Derribar las paredes. Que la luz de la verdad brille en los lugares oscuros en tu corazón y en tu vida. Algunas personas podrían desaparecer porque no saben que decir o que hacer; pero tú encontrarás que Dios tiene mucho más espacio para hacer milagros y para ayudarte a sanar cuando hay transparencia en tu vida.
No te preocupes por lo que piensa o hacen los demás... Enfocate en Dios y lo que podremos hacer cuando le damos la oportunidad de ser abiertas, honestas y verdaderas.
Tomado de "Hope for Broken Hearted"
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Durante algún tiempo (aun siendo cristiana) me oculte bajo el cascarón de una tortuga, no tenía amigas en mi Iglesia y no me interesaba la vida de los demás sólo la de mi familia y la mía. Que vida más falsa. ¿Cómo podría crecer espiritualmente, sino me estaba exponiendo a Su luz?
Dios no quería eso para mi, no me escogió para que viviera oculta sino para ser luz. Siento que El me tomó y me coloco donde pudiera brillar, donde las demás personas pudieran verme y yo pudiera resplandecer Su luz para Su Gloria.
Una mujer que ha conocido y vivido la verdad de Jesucristo no puede vivir oculta, debe vivirlo, confesarlo y testificarlo en todo momento. Decide ser transparente, fuimos llamadas a ser "Hijas de Luz".
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