martes, 2 de enero de 2018

Buscando a Dios a través del año



¡Feliz Año Nuevo Queridas Lectoras!



¿Cuáles son sus metas, propósitos o resoluciones para este nuevo sueño?

Quiero contarles que desde hace algunos años, tomé la decisión de no hacerme metas ni resoluciones al inicio de un nuevo año, porque me concentraba más en cómo lograrlo que en para quién lo hacía, obviamente estaban enfocadas en crecer espiritualmente, pero al final, terminaba frustrada por no lograrlo.

Entonces, tomé la decisión de mejor escoger un versículo de la Biblia, meditar en el durante todo el año y permitir que Dios me guiará. He obtenido mejores resultados. No digo que es malo trazarse metas, propósitos o resoluciones, pero lo mejor es tomar decisiones concretas en áreas de crecimiento que nos acerquen más a Dios.

Por lo general, cada 31 de diciembre, cierro el año compartiendo el verso de mi vida.

"Tú Señor, cumplirás en mi tus planes; tu misericordia, Señor, permanece para siempre. Yo soy creación tuya. ¡No me desampares!" Salmos 138:8

Dejar que el Señor cumpla en mí sus planes es mucho mejor que lo que yo consideré hacer en mi vida.

Al inicio de un nuevo año, me tomó el tiempo los primeros días para escoger un verso. En enero del año  recién pasado escogí Salmos 139:23-24...

"Señor, examina y reconoce mi corazón; pon a prueba cada uno de mis pensamientos. Así verás si voy por mal camino, y me guiarás por el camino eterno".

Lo escribí en mi libreta de devocionales y luego también escribí: "Dios guarda mi corazón para que ande en camino de rectitud. Líbrame de todas aquellas cosas que estorben mi crecimiento y muéstrame tu voluntad". Quiero comentarte un pequeño resumen de cómo me fue en base a esté verso.

Una de las cosas que he deseado desde hace varios años, era iniciar un negocio de repostería y para ello necesitaba comprar algunos utensilios y materiales, mi meta (por eso digo que no es bueno hacerse metas) era ir comprando poco a poco las cosas que iba a necesitar. Pero como nuestros recursos son limitados y una fuente importante de nuestros ingresos se cerró definitivamente, era bien difícil lograrlo... más adelante te contaré como termino esta parte.

Espiritualmente, fue un año ¡FABULOSO!. El grupo de crecimiento en el cual está a cargo mi esposo, creció, lo cual significó que tuve la oportunidad de bautizar y discipular nuevas mujeres. ¡¡¡Qué grandioso es cuando te encuentras haciendo la gran comisión!!! te llenas de gozo y vez como tú vida se va energizando alrededor de estos nuevos creyentes.

Recuerdo que una vez en el grupo comenté sobre el verso que había escogido y una persona me dijo: "Bessy cómo puedes pedirle a Dios que te pruebe, uno por lo general pide bendiciones no pruebas". Entonces escribí en mi libreta devocional debajo del Salmos 139:23-24: "Dios tiene toda la potestad de probar mi corazón, de cumplir sus propósitos en mí, no mis anhelos ni pensamientos".

Yo sé que pedirle a Dios eso no es nada fácil. No es fácil decirle "lo que tú tienes para mí, es mucho mejor que lo que yo puedo anhelar o decidir hacer con mi vida". Cómo en octubre, comencé a deprimirme. Comencé a darle cabida a pensamientos como: "El año está por finalizar y no lograste nada con respecto a tu negocio". Una noche oré y lloré hasta quedarme dormida, una de las cosas que le dije a Dios fue: "Sé que lo que estoy haciendo en tu obra es grandioso y es mucho más importante que lo que yo deseo, no quiero sentirme ni estar así, dejo esto en tus manos".

A los pocos días recibí una llamada, hacía como un año había tomado un curso en el Programa de Emprendimiento de Mujeres de la Camara de Comercio e Industrias de Tegucigalpa y me dijeron que había sido seleccionada en un grupo de cien mujeres para darme un capital semilla y poder iniciar mi emprendimiento. Dios había contestado mis oraciones, Dios había probado mis pensamientos y anhelos.

El Salmista le pidió a Dios examinara su vida, hasta lo más profundo de sus pensamientos y le señalara su pecado. Esto es casi como una cirugía a corazón abierto. Ninguna meta o propósito o resolución debe ser más importante que obedecer a Dios y dejar que Él cumpla sus propósitos en nuestras vidas. Dios no nos dará algo que nos aparte de Él, Dios no nos dará paz si tomamos una mala decisión.

Dios siempre tendrá cosas grandes e inimaginables para tu vida y de la nada puede hacer que llegues a tener todo aquello que necesitas, tan sólo necesitas ser paciente y esperar en Él. Deseo que Dios ilumine tu vida y te muestre su voluntad.

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