miércoles, 9 de noviembre de 2016

Demasiadas reglas


Las reglas hacen que nuestra vida funcione mejor. Ellas nos dicen...
- Cómo debemos conducirnos ante otros,
- Como respetar a nuestras autoridades,
- Cómo debemos criar a nuestros hijos,
- Cómo debemos vivir en general.

Pero, también hay un problema con las reglas, ellas no tienen el poder de trazar en nosotras y en nuestros hijos una relación más cercana a Dios. Si la forma como criamos a nuestras hijos, es todo sobre obedecer las reglas sin una relación amorosa, en realidad, no estamos conduciendo a nuestros hijos hacia Dios, más  bien, podríamos estar empujándolos hacia la rebeldía de este mundo.

Los primeros cinco libros de la Biblia, nos hablan sobre cómo Dios hizo de Israel una gran nación de la nada. Por ello, Dios, debía establecer normas, reglas y mandamientos por donde el pueblo pudiera conducirse en medio de otras naciones paganas, sin contaminarse de sus dioses y costumbres. Además, debían transmitirlas de generación a generación para que no fueran olvidadas. Antes, cuando leí estos libros, pensaba: "Demasiadas reglas, que aburrido". Pero Dios, le estaba dando a su pueblo, las bases para llegar a ser una gran nación, si le obedecían y esos mismos mandamientos aplican a nuestras vidas hoy en día.

Las reglas, son esenciales para navegar de forma segura en las aguas de la vida cotidiana. Pero, esas aguas podrían volverse turbulentas en nuestro hogar, si sólo imponemos nuestro criterio y no lo que Dios nos manda a hacer en su Palabra.

"Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con todas tus fuerzas. Estas palabras que hoy te mando cumplir estarán en tu corazón, y se las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas cuando estés en tu casa...". Deutoronomio 6:5-7


El libro de Deutoronomio, para mí es como una bitácora de un largo, triste y tedioso viaje del pueblo de Israel a través del desierto. Cuando lo leo siento como si Dios me hablará y me preguntará: "¿Como ha sido tu recorrido?, ¿Haz sentido mi presencia cuando te has sentido frustrada o cansada, o simplemente te has entregado a la murmuración?, ¿Haz obedecido mis mandamientos, me amas sinceramente? Me ayuda a valorar lo que Dios ha hecho por mí en este peregrinaje por la tierra. La obediencia trae bendición, pero la desobediencia trae destrucción.


Las reglas que no se basan en el amor a Dios, generan rebeldía. Sí, las reglas son esenciales. Pero, las reglas, no es lo que nos hace aceptables ante Dios. Ninguno de nosotros como adultos, será juzgado por Dios sobre la base de "si seguimos o no las reglas". Sin embargo, con demasiada frecuencia, les hacemos pensar a los niños, que su bondad depende de lo bien que obedecen nuestras reglas. Somos aceptables delante de Dios no porque hallamos obedecido al pie de la letra, las reglas. Somos aceptables, porque Jesús murió por nuestros pecados. Los niños no deben pensar, que son aceptables para Dios o para nosotras producto de lo bien que siguen reglas.

Debemos usar sabiamente las reglas, los mandamientos de Dios, para ayudar a mantener a nuestra familia segura y a salvo de las trampas de este mundo. Pero sólo el poder transformador de una relación con Cristo puede dar lugar a un cambio de corazón que no está dominado por el pecado. No nos basemos en reglas para hacer lo que sólo Cristo puede hacer.

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