Una definición que encontré de contentamiento es:
"El contentamiento, es saber que Dios ha dispuesto todos los acontecimientos de mi vida, así que en este momento puedo vivir para su gloria y para experimentar su bondad. El contentamiento, significa que puedo hacer todo lo que Dios quiere que haga. Puedo conocer la paz de Dios, independientemente de mis circunstancias".
¿Es esto real en mi vida? Sinceramente, en algunas cosas he sentido contentamiento pero en otras no. La cercanía de la Navidad, tiende a ponernos ansiosas por todas las expectativas que nos hacemos, por lo que deseamos comprar, por lo que deseamos regalarles a nuestros hijos, por lo que deseamos cocinar, por lo que queremos recibir.
He estado tratando de calmar más que todo mi mente que mi corazón, porque como nos enseña el apóstol Pablo...
"... pues he aprendido a estar contento en cualquier situación. Sé vivir con limitaciones, y también sé tener abundancia; en todo y por todo estoy enseñado, tanto para estar satisfecho como para tener hambre, lo mismo para tener abundancia que para sufrir necesidad". Filipenses 4:11-12.
Estos versos, nos enseñan que debemos aprender a estar contentos, cualquiera que sea nuestra situación. Las personas en las calles no tienen esperanza, por lo general, las escuchas decir: "la situación está difícil". El panorama avizora que no mejorara, todo lo contrario, empeorara.
Como esposas y madres, no debemos poner una carga más pesada sobre los hombros de nuestros esposos; debemos tener cuidado de no quejarnos cuando las finanzas están apretadas o cuando no podamos darles obsequios a nuestros hijos en Navidad. Mis hijos, se hacen expectativas de los regalos que desean recibir. La respuesta que reciben siempre de nosotros, es: "Oren para que Dios provea".
Yo siento, que si mi confianza en Dios es sincera puedo ser un buen ejemplo para mi familia. Voy a estar agradecida por el buen cuidado de Dios para con nosotros, por su provisión, por su amor, su gracia y misericordia. Voy a estar segura de que el poder de Cristo me dará la fuerza que necesito para darle animo a mi familia y poder ayudar a los necesitados.
¿Cuáles son las áreas de tú vida en la que no estás contenta? Al pensar en estas áreas, ¿estás frustrada con la provisión de Dios para tú vida y la de los tuyos? ¿Estás dominada por el pesar o la tristeza? ¿Estás preocupada por lo que no podrás hacer o comprar está Navidad? Si es así, Pablo tiene algunas palabras de aliento para ti...
"Por eso, por amor a Cristo me gozo en las debilidades, en las afrentas, en las necesidades, en las persecuciones y en las angustias; porque mi debilidad es mi fuerza". 2 Corintios 12:10
Que el amor de Cristo, sea el motor de nuestro contentamiento.