Por esto dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne. Efesios 5:31
Muchas mujeres confunden sus prioridades y necesidades durante el proceso de la maternidad. Ciertamente nuestros hijos nos necesitarán en cada una de las etapas de sus vidas, pero Dios nos diseñó para que fuéramos ayuda-idónea para nuestros esposos. Esa esa debe ser nuestra prioridad.
Pensamos que por el hecho de que nuestro esposo es adulto podrá arreglárselas sólo, mientras nosotras nos desvivimos en alimentar y cambiarles los pañales a nuestros pequeños. La prioridad Número 1 en nuestras vidas después de Dios es nuestro esposo, y es algo que debe ser inalterable en el transcurso de nuestras vidas.
Tengo dos hijos con diferencia de sólo veintidós meses, cuando estaban bebes, era como tener gemelos, sentía que me consumían y todo cuanto deseaba al final del día era poder dormir y que ellos durmieran toda la noche. Muchas veces, ore para que mi esposo no tuviera ganas de tener relaciones sexuales, o empezaba a decirle ¡cuán cansada estaba! O usaba la típica excusa del “dolor de cabeza” para no satisfacerlo.
Muchas llegamos a pensar de esta manera: “¿acaso no ve mi cansancio? ¡que desconsiderado!” Cuando las desconsideradas somos nosotras por negarnos a cumplir con nuestro papel de esposas. Regresando al tiempo en que mis hijos estaban muy pequeños, me encontraba leyendo el libro de Stormie Omartian “El Poder de la Esposa que Ora.”. Cuando llegue al capítulo titulado “Ora por su Sexualidad” me di cuenta cuán necia me estaba comportando.
Yo debía orar para desear satisfacerlo y estaba orando por todo lo contrario. Las necesidades de nuestros esposos no son solamente sexuales, ellos desean verse reflejados en nuestros ojos con amor, admiración y respeto.
Un día tus hijos se irán a formar su propio hogar y… ¿qué será de ti si ellos han sido tu prioridad? Muchos matrimonios, acaban cuando su último hijo se va de casa, porque su mundo ha girado en torno a las necesidades de ellos, no en fortalecer, la relación matrimonial cada día.
Dios dejó un orden establecido, no lo alteremos, Él quiere que ames y te sujetes a tu esposo como lo haces con El; no pretendas vivir a través de la vida de tus hijos, sino vive a través de la vida de tu esposo, siendo la ayuda-idónea que Dios creó para él.
Casadas, estad sujetas a vuestros maridos, como conviene en el Señor. Colosenses 3:18
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