miércoles, 26 de marzo de 2014

Coherederas de la Gracia de la Vida




Vosotros, maridos, igualmente, vivid con ellas sabiamente, dando honor a la mujer como a vaso más frágil, y como a coherederas de la gracia de la vida, para que vuestras oraciones no tengan estorbo.  I Pedro 3:7

En algunas ocasiones he escuchado este comentario en mujeres, “mejor hubiese nacido hombre, pienso que las mujeres siempre llevamos las de perder”. Les confieso que a mi también, en más de una ocasión, se me ha cruzado ese pensamiento.


Pienso que esto nos ocurre cuando dejamos de ver la gracia que Dios nos ha tenido dentro de su plan perfecto; no somos de menor categoría por haber sido creadas por último, somos la culminación idónea del diseño de Dios en su Creación. Dios formó a Adán a su imagen y semejanza, a Eva de una costilla que tomó de Adán; ¿por qué? Para que ella siempre supiera que fue creada para ser parte de él.


El mundo ha distorsionado la imagen de la mujer, la ha hecho ver como un producto sexual, el cual explota su belleza y encantos. Dios nos creó con el propósito que expresáramos la belleza incorruptible que El nos ha dado para llevarle honra y gloria.

La vida de una mujer

Las mujeres estamos sujetas a muchos cambios en el transcurso de la vida; las menstruaciones, los embarazos, la crianza de los hijos, la menopausia, la edad avanzada; y a muchas nos cuesta adaptarnos. Los hombres manifiestan que somos impredecibles y hasta chistes se han hecho de que deberíamos nacer con un manual.


Yo solía deprimirme cuando se acercaba la fecha de mi cumpleaños, tomando en cuenta que soy un poco mayor que mi esposo, me empecé a llenar de temores y dudas.  Gracias a Dios, Pablo, mi esposo, me conoce muy bien y comenzó a alentarme con palabras dulces y agradables. Y pronto se me olvidó que tengo mas de cuarenta años (jajajajaja).


Mujeres, no miremos con pesimismo nuestra labor, aceptemos los cambios en nuestra vida con la fortaleza y la sabiduría que Dios nos da en su Palabra. Disfrutemos el lugar privilegiado que El nos da en su Creación.


Somos coherederas de la gracia de la vida que Dios permitió que compartiéramos al lado de nuestros esposos e hijos.  Somos fuertes y valientes cuando nos dejamos llenar con su poder, somos bellas princesas cuando reflejamos la belleza incorruptible que El nos dio.



Tanto los hombres como las mujeres tenemos un lugar valioso e importante dentro de los propósitos de Dios. Busquemos fortalecernos y complementarnos para Su gloria.

martes, 11 de marzo de 2014

Prioridad, ¿Esposo o Hijos?

 
Por esto dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne. Efesios 5:31
 
Muchas mujeres confunden sus prioridades y necesidades durante el proceso de la maternidad. Ciertamente nuestros hijos nos necesitarán en cada una de las etapas de sus vidas, pero Dios nos diseñó para que fuéramos ayuda-idónea para nuestros esposos. Esa esa debe ser nuestra prioridad.
 
 
Pensamos que por el hecho de que nuestro esposo es adulto podrá arreglárselas sólo, mientras nosotras nos desvivimos en alimentar y cambiarles los pañales a nuestros pequeños. La prioridad Número 1 en nuestras vidas después de Dios es nuestro esposo, y es algo que debe ser inalterable en el transcurso de nuestras vidas.
 
 
Tengo dos hijos con diferencia de sólo veintidós meses, cuando estaban bebes, era como tener gemelos, sentía que me consumían y todo cuanto deseaba al final del día era poder dormir y que ellos durmieran toda la noche. Muchas veces, ore para que mi esposo no tuviera ganas de tener relaciones sexuales, o empezaba a decirle ¡cuán cansada estaba! O usaba la típica excusa del “dolor de cabeza” para no satisfacerlo.
 
 
Muchas llegamos a pensar de esta manera: “¿acaso no ve mi cansancio? ¡que desconsiderado!” Cuando las desconsideradas somos nosotras por negarnos a cumplir con nuestro papel de esposas. Regresando al tiempo en que mis hijos estaban muy pequeños, me encontraba leyendo el libro de Stormie Omartian “El Poder de la Esposa que Ora.”. Cuando llegue al capítulo titulado “Ora por su Sexualidad” me di cuenta cuán necia me estaba comportando.
 
 
 
 
Yo debía orar para desear satisfacerlo y estaba orando por todo lo contrario. Las necesidades de nuestros esposos no son solamente sexuales, ellos desean verse reflejados en nuestros ojos con amor, admiración y respeto.
 
 
Un día tus hijos se irán a formar su propio hogar y… ¿qué será de ti si ellos han sido tu prioridad? Muchos matrimonios, acaban cuando su último hijo se va de casa, porque su mundo ha girado en torno a las necesidades de ellos, no en fortalecer, la relación matrimonial cada día.
 
 
Dios dejó un orden establecido, no lo alteremos, Él quiere que ames y te sujetes a tu esposo como lo haces con El; no pretendas vivir a través de la vida de tus hijos, sino vive a través de la vida de tu esposo, siendo la ayuda-idónea que Dios creó para él.
 
Casadas, estad sujetas a vuestros maridos, como conviene en el Señor. Colosenses 3:18