“Dejad a los niños venir a mí, y no se lo impidáis; porque de los tales es el reino de Dios”. Lucas 18:16
Muchos padres hoy irán a comprar el juguete de
moda, la Tablet o el videojuego para hacer feliz a sus hijos por lo menos un
día. Otros probablemente hasta los llevaran a comer a un restaurante de comidas
rápidas y poder compensar el tiempo que no les dedican diariamente.
¿Qué sabes tú padre de las necesidades de un
niño? Un juguete no llena los abrazos y los besos que no les distes antes de
dormir, porque llegaste tarde del trabajo y no te pudieron ver. No compensan
las veces que ellos quisieron jugar contigo y tú tenías un trabajo que
terminar.
¿Qué sabes tú madre de los cuidados de un niño?
Te preocupas de los gérmenes que se le pueden pegar en la escuela pero no te
preocupas por instruirlos en la obediencia de Dios. Te esmeras porque vayan al
nursery desde los dos años porque necesita socializar con otros niños o
aprender otro idioma, cuando lo que necesita es el apego y seguridad que solo
una madre puede dar.
Dios te dio esos niños para que tú lo pudieras
cuidar por El, para que tú les hablaras de El ¿lo has hecho? Probablemente no,
porque si tú no lo buscas como podrás pedirles a ellos que lo hagan.
¿Estás seguro papá o mamá que tus hijos son
salvos? La salvación no es algo que se transfiere o se acostumbra como si fuera
una religión. Es una decisión que tus hijos deben tomar tarde o temprano de
aceptar a Jesucristo como su Salvador para poder reconciliarse con Dios. ¿Eres
de ejemplo para ellos quieran seguir tus pasos hacia Jesús o eres la piedra de
estorbo que impide que ellos se acerquen a Él?
Háblales de Dios, ese es el mejor regalo que los
niños pueden recibir aun a sus cortas edades, el mensaje de salvación es lo que
les ayudará crecer sabiamente y sanamente en un mundo retorcido y lleno de
peligros.
No impidas que tus hijos se acerquen a Jesús, no
pienses que están muy pequeños para comprender la salvación. No les quitas la
bendición de disciplinarlos e instruirlos en el temor de Dios, esta es la mejor
forma como los niños perciben como actúa el temor y amor hacia Él.
Invierte amor, tiempo y dedicación en tus hijos…
¿Cómo quisieras que tus hijos te recordarán: como un padre ausente por el
trabajo, como una madre que se preocupó por cuidarlos físicamente pero no
espiritualmente?
Lo que más recuerdo de mi niñez es como mi madre
me hablaba de Jesucristo, como en mi adolescencia se preocupaba porque volviera
al buen Camino y lo que hasta el día de hoy aprecio y atesoro son sus oraciones
diarias por mi vida.
Lo que más admiro de mis hijos son sus
ocurrencias, sus risas, sus oraciones, verlos tener su devocional, su confianza
en Dios (es más grande que la mía) y el escucharlos decir aunque no lo merezca
“mi mami hace los más ricos pasteles”, “mi mami es bonita” y la que me
quebranta “mi mami es la mejor mamá del mundo que Dios pudo haberme dado”
A mis regalitos Niksi, Natalie, Jeremy y Pablito