Criar a nuestros hijos es agotador. Hay innumerables métodos de enseñanza, libros, blogs... para hacer que la crianza sea más fácil y menos estresante. A pesar de todos los consejos y estrategias, los días y las noches son interminables y no parece llegar ese descanso. Las madres están cansadas no solo por las pruebas del día que acaba de terminar, sino también porque el mañana está a solo unas pocas horas de distancia.
En este tiempo intermedio, el cansancio a menudo alcanza su punto máximo. Los consejos gratuitos y los planes para reducir el estrés ofrecen poco consuelo. Incluso los versículos de la Biblia pueden parecer desconectados de las presiones para prepararse cada mañana. Tal vez la realización más desalentadora es saber que por la mañana te levantarás tan cansada como estás ahora.
Isaías 55: 8, nos recuerda que los pensamientos de Dios no son nuestros pensamientos y que sus caminos no son nuestros caminos. El cansancio tiende a sobrepasarnos cuando vemos las responsabilidades y las cargas de la vida en abstracción de los propósitos de Dios. Cuando este pensamiento continúa, la carga de la crianza de los hijos puede ser abrumadora.
En estos momentos, el Espíritu Santo te recuerda que Dios está trabajando en los detalles más íntimos de la vida. Él se deleita en bendecir a sus hijos con su fuerza. Para que esto ocurra, debemos ver que Dios es quien nos ha llevado a este punto de agotamiento para que nos apoyemos en Él y lo reconozcas. Cristo tiene estas palabras:
Vengan a mí, todos ustedes que están cansados y llevan cargas pesadas, y yo les daré descanso. Póngase mi yugo. Déjenme enseñarles, porque yo soy humilde y tierno de corazón, y encontrarán descanso para el alma. Pues mi yugo es fácil de llevar y la carga que les doy es liviana. (Mateo 11: 28-30)
Cristo nos dice que todas nuestras cargas las pongamos en Él y que llevemos su yugo. Esto quiere decir que meditemos en Él, en sus enseñanzas, lo cual nos aligerara la carga, pues descansamos y confiamos en su cuidado. Hace algunos días le decía a mi esposo, "ustedes quieren que yo los entienda (refiriéndome a mi familia) y ustedes no me entiendes" y él me contestó: "el Señor si te entiende". Me había dejado llevar por la murmuración y el cansancio, me había olvidado de llevar mis cargas al Señor.
Estas palabras son palabras de esperanza. Cristo no nos está molestando con promesas vacías. Él quiere decir "descansa en mí". Nuestra vida y nuestros hijos no son accidentes. Él tiene cosas que enseñarnos a través de ellos, y también tiene descanso para darnos. Si estás cansada, ven a Cristo, Él te ofrece descanso y aliento.